Hoy, este blog cumple su primer mes. Dicen que el peor ladrón es aquel que roba tu tiempo. Me alegra que no se sintiesen "robados" al dedicar unos minutos para leer el contenido que escribo. Leo no solo los comentarios puntuales publicados aquí, sino también las felicitaciones, consejos y palabras que cada uno me hace llegar. Me alegra saber que, a pesar de lo reciente, cuento con lectores asiduos que esperan mis nuevos post.
Me expreso porque tengo la necesidad de motivar a cuantos se me haga posible a dejar de ser testigos de la realidad que vivimos, para convertirnos en sus forjadores. Porque no creo, es más estoy segura, de que no podemos dejarle todo a la política. Porque sé cómo quiero vivir, porque sé qué calidad de vida merezco, porque no puedo quedarme callada ni lo haré. Quizás, pueda parecer arrogante, pero así lo veo: los políticos son sólo unos empleados más. Igual que el presidente (sea de la nación que fuese). ¿Qué quiero decir? Que somos los habitantes quienes ponemos y quitamos gobernantes, políticos y funcionarios de cualquier cargo. ¿Cómo? Con nuestra voz, con nuestro voto. De manera, pacífica y cívica porque quien tiene la razón no recurre jamás a la violencia, porque la pierde. Yo estoy dispuesta a exigirle (sí leíste bien, exigirle) a cualquier funcionario que cumpla sus obligaciones, que sea útil y esté capacitado para su cargo. Si no se siente apto para las responsabilidades que conlleva su puesto, que lo ponga a disposición. Porque, lo lamento mucho, pero no tengo porque pagar los platos rotos de esos señores. Ya están grandecitos para la gracia, no son ningunos novatos; y en caso de que lo sean, gracias por darme la razón, que personas experimentadas se ocupen en lugar de preocuparnos a millones de ciudadanos.
Yo estoy harta de que los venezolanos pasen horas sin luz, que no tengan agua, que hagan colas interminables bajo el sol para comprar el pan de cada día, que el sueldo no les alcance, que el carro se les rompa por los huecos. Pero, sobretodo, estoy harta del odio, de la intolerancia, de los insultos, de las muertes, de esta política que separa a la familia.
No sé tú, estimado lector, pero yo no puedo quedarme de brazos cruzados ante la realidad. No, se me hace imposible. Venezuela no merece esto. Por eso, decido escribir. Decido dejar de ser observadora, para actuar. Cada vez que falle algo, cada vez que sea víctima de la negligencia ajena, lo denunciaré. Defenderé y exigiré mis derechos, porque sé que cumplo mis deberes. Te invito a que lo apliques en todos los aspectos de tu vida, denuncia la negligencia. ¿Te quedaste sin luz? Dilo, por Twitter, por Facebook, por Pin, por Whatsapp, de todas las maneras posibles y a los organismos pertinentes. Acostumbremos a los funcionarios a tener un pueblo que sabe exigir lo que merece. Nosotros somos quienes marcamos el ritmo de este baile, a ellos les toca seguirnos.
¿Te parece utópico? Te invito a que imagines la presión que somos capaces de hacer sobre ellos. Recuerda que somos millones de habitantes; ellos unos cuantos. Recuerda que no debes quedarte sin energía eléctrica a menos que no hayas pagado. Es inaceptable pasar 18 horas sin tal servicio. No tenemos porque acostumbrarnos a tener nuestras calles inundadas, a vivir en un luto perenne, a salir con miedo a la calle, etc.
Dudo en demasía que si un empleado es: ineficiente, flojo, se excusa y culpa a los demás por sus errores; su jefe quiera mantenerlo dentro de la empresa. ¿No buscaría un reemplazo? ¿alguien capaz de desenvolverse como lo amerita el trabajo? Entonces, por qué nosotros tendríamos que ser permisivos.
Estimado lector, piensa que la decisión está en nuestras manos. De nosotros depende que Venezuela sea la república que puede ser, así que espero contar con tu apoyo para lograrlo. Es necesario que nos comprometamos a vivir como merecemos.
¡Gracias a quienes hicieron posibles esas 491 visitas del presente blog en su primer mes! ¡Espero contar con su lectura asidua y, más aún, con su esfuerzo constante para solucionar como ciudadanos la problemática que afronta nuestra querida Venezuela! ¡No dejaré de trabajar para superar esta crisis! Porque no pienso irme del país, porque, después de todo, ¡soy venezolana con orgullo!
Felicidades Virginia, sigue así :)
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