domingo, 20 de enero de 2019

De improvisto


De improvisto, me encontré hablándole de ti.
Sí, de ti. A quien le confieso
Aquello que bulle en mi interior,
Aquello que a veces dejo atrapado en mis labios.
Aquello que guardo como un tesoro,
Como un murmullo entre el corazón y la mente.

Ahí supe que la realidad era delicada.
Tan delicada y hermosa como una flor escondida,
Como una esperanza que se protege del temporal.

Le hablaba de ti, sabiendo que para Él eso sería un tesoro.
Sabiendo que era un gesto invaluable de cariño,
Quizás todo pase.
Quizás todo termine.
Quizás las expectativas nunca se cumplan, no cuajen
O quizás queden pequeñas.

¿Eres tú?
Solo Él lo sabe, pero ahora no quiero preguntarle.
¿Para qué? Dicen por ahí, que las prisas traen cansancio.
Lo invaluable duerme en lo que no puede perderse,
En los recuerdos, momentos y personas que se vuelven intocables.
Allí está la felicidad, no en lo que poseemos.
Sino en eso que nada puede arrebatarnos,
Donde ni distancias,
Ni tiempo,
Ni malinterpretaciones
Pueden mancharlo.

Sigo en este barco, no sé adónde me llevará.
¿Qué importa? El capitán se conoce los 7 mares,
Han salido de Él.  A Él volverán.
Respiro profundo,
Me siento a su lado
Y continuo, hablándole de ti,
Mientras las olas se mecen con dulzura alrededor.
-

Tenía mucho tiempo sin intentar escribir poesía. Creo que algunas cosas, simplemente surgen, nacen y florecen. Todo lleva su tiempo, ¿no? Como se suele decir, uno siempre vuelve a donde es feliz, momentos, lugares y personas. Sin embargo, mientras la vida avanza todos ellos pueden multiplicarse.
Ojalá que cada día se nos multipliquen a todos los motivos para ser feliz. Así sea un abrazo, un amanecer, esa canción que nos hace sonreír o una foto de un instante memorable. ¡Qué bonita es la gente que siendo feliz, solo busca multiplicar ese sentimiento y llevarlo como diría Buzz Lightyear "al infinito y más allá"!


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