miércoles, 1 de mayo de 2013

Una voz honesta es más fuerte que una multitud

Este blog no nace como respuesta a un capricho, tampoco para hablar sobre trivialidades. Nace como respuesta a la necesidad de expresarme en favor del país que amo. No soy una figura pública, soy una futura licenciada en Comunicación Social que, como tal, no puedo quedarme callada ante la realidad de la nación. No puedo simplemente agachar la cabeza, ser sumisa y darle la espalda a Venezuela.
Sí, tengo un candidato de mi preferencia que gozó de mi apoyo en las dos últimas elecciones y, aún hoy, estoy dispuesta a darle mi voto de confianza. Sin embargo, una tolda política no me cegará, porque habría fracasado como futura profesional. Tengo la necesidad de ser crítica con ésa persona, de ver y reconocer sus defectos, no puedo hacerme de la vista gorda mientras finjo que no los tiene.
   
El día de ayer, en la AN fueron agredidos varios diputados de la MUD. Enterarme del hecho me hizo preguntarme ¿hasta dónde hemos llegado? Es indispensable aclarar que la indignación que causó el suceso en mí, no sería diferente si hubiesen sido diputados del PSUV. Porque sin importar su partido, sexo, raza o religión: SON VENEZOLANOS. Porque es mi deber rechazar la violencia así como defender la integridad física y mental de los hijos de Venezuela. Porque estoy cansada, hastiada, del nivel de violencia del país; y sé que como yo, hay millones que no quieren que el país siga así. No pretendo juzgar a nadie, pero no puedo hablar de paz y agredir al otro. Estoy segura de que ninguno de los lectores de estas líneas querrá presumir que vive en el 5to país más violento del mundo.
    ¿Es que no nos afecta por igual la escasez, la delincuencia, el desempleo? En lo personal, no quiero sentir que tengo casa por cárcel. Porque si nos ponemos a reflexionar ¿cuántos no han tenido que poner rejas, candados, alarmas y hasta asegurar sus casas? Salimos a la calle con miedo, ya no vivimos. Estamos sobreviviendo.
   
    Espero que mi voz sea escuchada, que no sólo sean leídas y olvidadas estas líneas. Sino que tomemos conciencia, porque no se le puede decir a una madre que escoja entre sus hijos. No podemos decirle a Venezuela que rechace a la otra mitad del país. Ésa sería la auténtica traición.

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